miércoles, 3 de febrero de 2010

EL OBJETO DE LA FRATERNIDAD ROSACRUZ


CAPITULO XXIV


EL OBJETO DE LA FRATERNIDAD ROSACRUZ

El objeto de la Fraternidad Rosacruz ha sido definido claramente en nuestra literatura, añadiendo que tiene los medios por los cuales existe la esperanza de alcanzar el fin propuesto, pero como contestación a las muchas preguntas que se nos han dirigido en demanda de un relato breve y conciso, queremos dedicar este artículo a esta materia.
El mundo es la escuela de enseñanza de Dios. Durante el pasado hemos
aprendido a construir vehículos diferentes y entre otros el cuerpo físico.
Mediante este trabajo somos ascendidos de clase a clase, o de grado a grado, cada uno de ellos con su particular alcance de desarrollo de conciencia.
Desarrollamos ojos con los cuales podemos ver, oídos para oír, y otros
órganos con los cuales podemos oler, gustar y sentir.
Pero no todos los egos fueron ascendídos en igual momento, Cuando la niebla del aire en la época de los atlantes se condensó y llenó las cuencas y valles de la tierra con océanos de agua, impeliendo a los hombres hacía las alturas y montañas, muchos perecieron por asfixia, porque no habían desarrollado los pulmones. Por esto no pudieron pasar el portal del arco iris, que fue, por decirlo así, la puerta de entrada de la nueva edad con sus secas condiciones atmosféricas.
Ahora está viniendo otra gran transformación mundial, que nosotros no
sabemos cuándo; aún Cristo confesó su ignorancia en cuanto al día y a la hora, pero nos remarcó que vendrá como un ladrón en la noche, por sorpresa, y El profetizó que las condiciones del mundo serán entonces semejantes a aquellas que prevalecieron en los días de Noé, es decir, que la humanidad vivía en completo abandono y divertimíento, cuando de repente las puertas celestes del Diluvio se abrieron y la muerte y la destrucción hicieron estragos entre los hombres.
Cristo nos dijo que es posible tomar el Reino de Dios por asalto y conseguir ganar el estado de conciencia que prevalecerá en aquellos días. Pero a su vez San Pablo nos dice que la carne y la sangre no pueden heredar este Reino y añade que tenemos un cuerpo del alma ("soma psuchicon" -II a los Corintios, 15:44), y que nos reuniremos al Señor "en el aire" cuando El venga.
Este cuerpo del alma es, pues, tan necesario para penetrar en el Reino de Dios de la época futura, como un cuerpo dotado de pulmones lo fue para los atlantes que desearon entrar en la época que ahora estamos viviendo. Por lo tanto es necesario que elevemos nuestra solicitud y aseguremos nuestra elección preparando el "Velo Dorado Nupcial", el cuerpo del alma, el cual solamente puede asegurar nuestra admisión para las bodas místicas.
Las multitudes marchan lentamente en la dirección apropiada conducidas por las diferentes religiones, pero existe una creciente masa que, por decirlo así, siente que le nacen las alas del alma, gentes que notan una interna impulsión para asaltar el Reino de Dios. Aunque inconscientes de cualquier definido ideal sienten una verdad más amplia y perciben más luz de la que abarcan e irradian las iglesias, están cansadas de parábolas y anhelan aprender las leyes subyacentes a los mismos pies de Cristo.
La Fraternidad Rosacruz fue establecida con el propósito de recoger esta masa de aspirantes, para mostrarles el camino de la iluminación, para ayudarles a construir su cuerpo del alma y desarrollar las potencias del alma que les permitirán entrar, conscientemente, en el Reino de Dios y obtener el conocimiento directo.
Esto es una larga tarea, ninguna mayor, y aún bajo las condiciones más
favorables el progreso debe ser lento; pero si el aspirante continua con
paciente perseverancia en el bien obrar puede llevarse a cabo.
Los métodos son definidos, científicos y religiosos. Han tenido su origen en la Escuela Occidental de la Orden Rosacruz y están, por lo tanto, especialmente adaptados para el hombre occidental. Algunas veces, pero muy raramente, brindan resultados en un corto tiempo, pero generalmente son necesarios muchos años y aún vidas antes de que el aspirante alcance su objeto, pero sí se sigue este sistema se nos proporcionarán y se realizarán al fin todos los deseos
de nuestros corazones. El Tabernáculo en el Desierto era una representación simbólica del camino hacia Dios y como dice San Pablo, señalaban el reflejo de mejores cosas a venir. La mesa del pan de proposicíón nos da una lección importante que armoniza con nuestra actual situación. Deben recordar los estudiantes que a los antiguos israelitas se les ordenaba que llevasen el pan de proposición al tabernáculo a intervalos definidos. El trigo del cual este pan
estaba hecho les fue dado por Dios, pero ellos debían cultivar la tierra en la que debía nacer, lo debían plantar y cultivar, y asimismo debían escardarlo y regarlo con objeto de procurar el mayor crecimiento y rendimiento posible. Lo debían cosechar y trillar, moler y panificarlo, para conseguir los panes que debían llevar al tabernáculo como pan de proposición, cuidado y cultivado por ellos mismos.
Igualmente, Dios nos da todos los granos de las oportunidades para servir,
pero es de nuestro deber el cultivar tales oportunidades y cuidarlas y
alimentarlas en el suelo de una caritativa bondad para que puedan llegar al máximo desarrollo. Debemos tener siempre presente las palabras de Cristo de que: "El vino para servir y ministrar." Por lo tanto, cualquiera que anhele seguir sus pasos y ser grande en el Reino de Dios debe estar siempre alerta para valerse de las oportunidades que se le ofrezcan para servir a su prójimo.
Cada día debe llenarse tan fielmente como sea posible con hechos de bondad y de consideración, pues ellos son el retorcido y la lana con lo cual se teje el "Velo Dorado Nupcial". Sin tales trabajos de nada servirán las oraciones, ayunos y demás ejercicios religiosos que se lleven a cabo. Es inútil el ir al templo sin este pan de proposición, que indica que hemos trabajado realmente en el servicio del Señor y Maestro.
Lo que antecede es también la enseñanza de las iglesias exotéricas, pero lo que sigue es exclusivamente del método y de las enseñanzas científicas de los Rosacruces, basadas sobre el conocimiento más profundo de los hechos espirituales, por los cuales el aspirante se capacita para ganar el máximo crecimiento del alma en cada vida, así que su avance espiritual se acelera más allá de sus más acalorados sueños. Por lo tanto, esta es la enseñanza espiritual más importante que se ha dado a los hombres en los tiempos modernos y no se dará un solo caso en el que uno que se esfuerce honradamente en seguir este sencillo método deje de beneficiarse enormemente.
El éter es el agente de transmisión de la luz, que es lo que deja la imagen en la película fotográfica. Esto envuelve al aire y con cada respiración que
inhalamos desde el nacimiento a la muerte, el éter entra en nuestro sistema y deja una imagen de nuestro alrededor y de nuestras acciones en un pequeño átomo del corazón. De este modo cada uno lleva consigo un registro completo de su vida, el cual se asimila después de la muerte. La expiación de los hechos malos produce dolor y angustia en el Purgatorio y tales sufrimientos se transmutan en conciencia para con ella y prevenir la repetición de idénticas equivocaciones en vidas sucesivas, y a la vez las buenas acciones se transmutan en amor y benevolencia.
Pero en vez de esperar a la muerte para esta transmutación post-mortem del pan de proposición de la vida, el aspirante que desea tomar al cielo por asalto, puede asimilar los frutos de cada día después de acostarse y antes de dormirse por el procedimiento sencillísimo de meditar sobre los sucesos del día. Estos acontecimientos deben reviviese y considerarse en orden inverso, es decir, que lo hecho en la noche se recuerda lo primero, después los de la tarde, mediodía y por último los de la mañana hasta el momento de levantarnos.
Esto es sumamente importante puesto que se conforma. al procedimiento de la naturaleza cuando morimos, al retrospeccionar el panorama de nuestra vida, desarrollándose primeramente los acontecimientos que justamente precedieron al morir y así siguiendo se termina por los sucesos de la infancia. El objeto es el de mostrar los efectos que produjeron las causas anteriores.
En esta retrospección no producirá al aspirante buen resultado el correr sobre los sucesos del día censurándose ligeramente cuando cometimos alguna falta y aplaudiéndose con entusiasmo cuando llevó a cabo una buena acción, sino que debe tener presente que en ese momento se halla en el altar del sacrificio donde se ofrecían sacrificíos de fuego por el pecado. Primeramente se frotaban con sal y luego se colocaban en el altar para ser consumidos en un fuego encendido por la divinidad.
Todos sabemos que se produce un intenso escozor cuando se frota una herida con sal y este frotamiento con sal es un simbolismo del dolor que el aspirante debe sentir por sus errores y pecados. Piense también que no se permitía que el sacrificio fuese colocado en el altar hasta que había sido frotado con sal. Dios no lo hubiera aceptado antes de ello, pero "una vez que había sido salado, era consumido por un fuego encendido por Dios mismo".
Esto nos dice que a menos que lavemos nuestros delitos del día con la sal de nuestras lágrimas y una contrición de corazón, Dios no aceptará nuestro sacrificio de arrepentimiento; pero cuando nos hemos arrepentido realmente, nuestros pecados se lavarán y nuestro átomo simiente quedará tan limpio como el campo de la nieve.
Con respecto a nuestros hechos buenos debemos recordar que había en el
Tabernáculo dos montoncitos de incienso encima de cada pila de los panes de proposición. Este incienso era ofrecido sobre el altar del incienso donde el humo ascendía como un grato y dulce aroma hasta el Señor, muy diferente de aquel nauseabundo hedor que se elevaba desde el altar donde eran quemados los sacrificios por los pecados. ¿Es por lo tanto algo extraño que Dios no encontrase delicia en el sacrificio de bueyes y terneros y en cambio se deleitara con un contrito corazón y un espíritu arrepentido?
Este extracto aromático espiritual de nuestras buenas obras es el que construye nuestro cuerpo del alma. Por el proceso natural ordinario transcurre una tercera parte de los años que hemos vivido en la Tierra, para que nuestra existencia post-mortem logre extraer o cosechar lo que hemos sembrado. Pero cuando un aspirante ha asimilado los frutos de su vida por una fiel retrospección al final de cada día, se halla libre tan pronto como abandona su cuerpo y puede usar los años que emplean los otros en el Purgatorio, en éste o en el primer cielo, como a él le plazca. Además como quiera que allí no necesita ni alimento, ni cubierta, ni dormir, puede emplear las veinticuatro horas del día haciendo el bien. De este modo tiene prácticamente tantos años de servicio y crecimiento del alma después de la muerte, como años han sido los de su vida terrestre y estando entrenado y experimentado en este trabajo sus logros y alcances serán probablemente mayores que los que hubiera podido realizar en un gran número de vidas, vividas de la forma ordinaria.
Para ayudar a los aspirantes que lo merezcan, los Hermanos Mayores tienen aún todavía enseñanzas más profundas y definidas que dar por mediacíón de La Fraternidad Rosacruz. Los estudiantes que anhelen o sientan esta interna llamada de su espíritu pueden pedir informes y explicaciones acerca de estas enseñanzas.


del libro "Recolecciones de un Místico", de Max Heindel

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